Lima y la privatización de los espacios públicos: el caso del Campo de Marte
Esta semana se ha desatado una controversia en Lima a partir de la protesta de grupos de vecinos de Jesús María por los trabajos de remodelación que la Asociación Peruana de Gastronomía (APEGA) viene haciendo en el Campo de Marte, previos a la realización de la feria gastronómica Mistura. La protesta de las vecinas y vecinos de Jesús María por las alteraciones del Campo de Marte que APEGA viene haciendo es sólo uno de los aspectos de un conflicto más complejo, pero lamentablemente los medios masivos de comunicación limeños que se han preocupado por el caso le han dado visibilidad solamente al tema de Mistura, haciendo oídos sordos de las principales preocupaciones y argumentos de fondo planteados por los vecinos.
De hecho, la organización de los vecinos surge a partir de la publicación de información sobre el inicio de un proceso de concesión de una parte del Campo de Marte para la construcción de un parque de diversiones. El 19 de Julio se publicó el Acta de Consejo en la que se aprueba “por mayoría” el inicio del proceso; así como una escueta versión del texto “PUBLICACIÓN DE LA INICIATIVA PRIVADA DEL PROYECTO HAPPYLAND PARK” en la que se señala que el Órgano Promotor de la Inversión Privada de la Municipalidad admite a trámite la iniciativa del Consorcio Parque de Atracciones HAPPYLAND PARK para la “instalación, montaje, funcionamiento y operación de un Parque de Atracciones en el Campo de Marte”.
No sabemos en qué consisten las mencionadas “atracciones”, ni tampoco qué parte del Campo de Marte sería concesionada, porque el documento no lo señala. Tampoco sabemos si hubo o no un debate respecto a este tema en la sesión de Consejo en la que se aprobó esto, cuáles fueron los argumentos al respecto, ni quiénes votaron a favor y en contra del mismo, porque el Acta no lo señala. Lo que sí sabemos es que la Municipalidad no informó oportunamente sobre esta iniciativa, no se han realizado audiencias públicas ni consultas con los vecinos, y lo más grave, que la iniciativa viola el artículo No. 2 de la Ley 16979 que declara intangible al Campo de Marte:
Este es el origen de la protesta vecinal, y es evidente que la causa es justa. Anteriormente, los vecinos de Jesús María ya le han dado batalla al alcalde Enrique Ocrospoma con ocasión de la construcción de una casa del adulto mayor en el Campo de Marte, en un área destinada para uso público que además estaba en la bifurcación de tres avenidas importantes e iba a impedir la visibilidad de los choferes de vehículos que transitaban esas vías. La Municipalidad de Lima acogió la queja de los vecinos y demolió la obra en el 2009.
Otro antecedente importante de esta protesta es la oposición de los vecinos de la Residencial San Felipe a la licitación de 4,200 metros cuadrados de áreas libres en la zona para beneficio de la empresa que en el Perú representa a Plaza Vea. Perdió también esa batalla.
Existen entonces importantes precedentes que ayudan a entender la protesta de este mes y que apuntan a denunciar una práctica común del alcalde Ocrospoma: el intento de concesionar y privatizar bienes públicos del distrito de Jesús María, incluso de manera ilegal, sin información y consulta previa con los vecinos del distrito y los principales afectados por sus decisiones. Ocrospoma no sólo ha sido cuestionado reiteradamente por varios grupos de vecinos, también ha sido denunciado penalmente por la Procuraduría Especializada en Delitos de Corrupción que depende del Ministerio de Justicia, junto a tres de sus gerentes, en noviembre del año pasado por presunto peculado y por la pérdida y extornos irregulares de millonarias sumas correspondientes a recaudación tributaria. Su reelección parece haber sido posible gracias al altísimo porcentaje de votos golondrinos que registra el distrito de Jesús María, porcentaje que superaría el 42%.
Este es el contexto en el que debe entenderse la protesta de los vecinos, cuya prioridad es detener la construcción del mencionado parque de atracciones, señalando además las prácticas arbitrarias e ilegales con las que nos sorprende el cuestionado alcalde. Las incomodidades y preocupaciones generadas por APEGA no son sino un aspecto de los serios problemas que enfrentamos en Jesús María por las decisiones abusivas e ilegales que toma el alcalde.
El tema de APEGA y Mistura merecen por supuesto también comentarios, así como las destempladas reacciones de algunos vecinos en contra de Gastón Acurio y la sesgada e irrespetuosa cobertura de la prensa, por lo que cierro este post haciendo referencia al tema.
En el transcurso de la semana que termina, grupos de vecinos empezamos a manifestar nuestra preocupación ante APEGA luego de ver los cambios que vienen realizando en el Campo de Marte, entre los que hay que mencionar que hay áreas verdes a las que se les ha echado cemento para la construcción de stands, la rotura de pistas y veredas en buena parte del perímetro, y el cierre de calles y avenidas colindantes. También hay preocupación por el tema del manejo de la gran afluencia de personas durante la realización de la feria, el tema de la seguridad, el recojo de la basura y la bulla. Como ni APEGA ni la Municipalidad hicieron público su plan y cronograma de trabajo, el plan para la resolución de los problemas que necesariamente conllevará la organización de una feria para 600,000 personas en una zona residencial, ni el plan de devolución del parque, creímos pertinente formular en voz alta las preguntas del caso. Es importante mencionar también que la organización de Mistura obliga a cerrar el parque durante cuatro meses como mínimo (del 2 de julio al 30 de octubre) con lo que se priva a los vecinos de Jesús María, y de muchos otros distritos, de acceso al parque durante la tercera parte del año, sin dar alternativas u ofrecer sucedáneos para las actividades que normalmente se realizan en el Campo de Marte. Es evidente entonces que hay perjuicios importantes que no fueron considerados por la Municipalidad y APEGA, cosa que los vecinos hemos ido advirtiendo conforme empezaron los trabajos de remodelación del parque. Todo esto, en medio de la oposición a la construcción de un parque de atracciones en el mismo lugar que la Municipalidad de Jesús María ha admitido a trámite.
Considero que se trata de preocupaciones legítimas, propias de ciudadanos –no simplemente consumidores- que no estamos en contra de Mistura pero sí de la realización de un evento masivo, privado y comercial como este en un parque público, uno de los pocos parques públicos de nuestra ciudad, y del cual somos usuarios muchísimas personas de varios distritos. Además, el Campo de Marte es intangible de acuerdo a la Ley 16979, ya comentada. ¿Por qué APEGA –que genera ganancias millonarias con la organización de la feria- no financia, gestiona o promueve la construcción de un local comercial apropiado para realización de ferias masivas como Mistura, y otras como la Feria Internacional del Libro, en vez de cerrar y semi-destrozar, para luego reconstruir, un parque público en uso? ¿Por qué perjudicar a miles de usuarios recortando su derecho al acceso a áreas verdes y a zonas de encuentro y esparcimiento? ¿Por qué afectar la calidad de vida los vecinos y vecinas que sufrimos por cuatro meses no solo el cierre del parque sino también el ruido, tráfico, congestión y basura que vienen con la feria? ¿Por qué vulnerar la institucionalidad legal contraviniendo lo mandado en el artículo 2 de la Ley 16979?
Formular en voz alta estas preguntas no es llevar a cabo “una campaña de descrédito en función de oscuros intereses particulares”, como inicialmente señalara APEGA en su escueto comunicado de respuesta cuando aparecieron las primeras preguntas. Es, por el contrario, ejercer nuestros derechos ciudadanos y somos muchos más quienes en forma respetuosa hemos hecho públicas nuestras preocupaciones. Felizmente APEGA ha tomado conciencia de la pertinencia de estas preguntas y ha abierto canales de diálogo respetuoso con los vecinos, con quienes se ha reunido para conversar directamente sobre estos temas. Lamentablemente, no se puede decir lo mismo del tratamiento que el tema ha tenido en medios y en redes sociales, en las que hemos visto reacciones destempladas insultando y responsabilizando a Gastón Acurio por los problemas ya explicados, personalizando la situación y sin atender a los temas de fondo y su complejidad. Creo que es lamentable e injusto lo que ha sucedido con el Sr. Acurio, más aun cuando públicamente ha aclarado que es una de las personas que no estuvo de acuerdo en que Mistura se realizara en el Campo de Marte.
Pero este ángulo del conflicto, que no es representativo de las demandas de los vecinos organizados, fue resaltado por los medios de comunicación que han privilegiado la cobertura del escándalo que supondría criticar a una de las más concurridas y famosas ferias contemporáneas limeñas, así como a uno de sus representantes estrella, antes que darle cabida a las preocupaciones principales de los vecinos.
Los insultos y cuestionamientos que ha recibido Gastón Acurio no pueden justificarse y deben criticarse. Pero también debe criticarse el sesgo informativo de varios medios de la prensa limeña, y de algunos periodistas de opinión, que teniendo la obligación de investigar y contextualizar los hechos que presentan, se centran exclusivamente en la defensa cerrada de APEGA y del Sr. Acurio, invisibilizando los temas de fondo y haciendo oídos sordos de las preguntas y reclamos planteados. Más aun, hemos visto como algunos responden en el mismo tono que tanto critican, burlándose de quienes con justo derecho reclamamos que se respeten nuestros derechos y se haga cumplir la Ley. La tesis generalizadora de que los cuestionamientos vienen de los resentidos y fracasados que no soportan a los exitosos y luchadores del Perú es una falacia ad hominem y un insulto que en ninguna forma contribuye a solucionar los problemas aquí descritos. Un poco más de respeto y coherencia también en el tratamiento de las noticias, señores de los medios.
El conflicto con APEGA por la realización de Mistura en el Campo de Marte es sólo un aspecto de otro conflicto mucho más amplio que tiene como problema central las cuestionables y arbitrarias prácticas de un alcalde que no tiene ningún empacho en violar la Ley para disponer a su antojo e inconsultamente de espacios públicos. A su vez, este no es un tema exclusivo del distrito de Jesús María, sino un ejemplo de las tendencias que en Lima refuerzan la privatización del espacio y los bienes públicos, con el consiguiente recorte de derechos ciudadanos y gracias al ejercicio abusivo del poder. Es un tema de suma importancia y relevancia en nuestra ciudad, y creo que merece que todos hagamos un esfuerzo por comprenderlo y atenderlo.